Los trabajadores de mantenimiento e intendencia son la mejor línea de defensa que tienen las instalaciones profesionales contra la propagación de patógenos que causan enfermedades.
Sin embargo, la importancia de limpiar antes de desinfectar puede perderse en el proceso, ya que los empleados tienen como objetivo completar sus tareas lo más rápido posible. Pero no limpiar inicialmente una superficie o no respetar el tiempo de permanencia de un desinfectante puede generar riesgos graves para la salud.
La limpieza de una superficie elimina la suciedad, mientras que el proceso de desinfección tiene como objetivo matar microorganismos potencialmente peligrosos. La Agencia de Protección Ambiental de E.U.A. (EPA) advierte que no debe tomar un atajo directo al desinfectante:
“Los gérmenes pueden esconderse debajo de la suciedad y otros materiales en superficies donde no se ven afectados por el desinfectante. La suciedad y otros materiales orgánicos también pueden reducir la capacidad de eliminación de gérmenes de algunos desinfectantes “.

Tenga cuidado con los atajos

La industria de la limpieza profesional ofrece una serie de productos que pretenden “limpiar y desinfectar” superficies en un solo paso. Sin embargo, lo que los administradores de edificios y los profesionales de la limpieza ahorran en tiempo y costo, lo sacrifican en eficacia, ante el peligro de quienes habitan el espacio después del tratamiento.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) establecen que la limpieza y la desinfección van de la mano, y para descontaminar completamente una superficie, se deben implementar ambos pasos. “Este proceso no necesariamente limpia las superficies sucias o elimina los gérmenes, pero al matar los gérmenes en una superficie después de la limpieza, puede reducir aún más el riesgo de propagación de infecciones“, establecen.
El entorno menos hospitalario en el que prosperan los patógenos es una superficie limpia y seca expuesta a la luz y al aire. Al limpiar, tallar el limpiador sobre la superficie ayuda a levantar y eliminar las barreras del suelo y sacar esas bacterias indeseables de su “escondite“, por así decirlo. Luego, pueden eliminarse correctamente con un desinfectante, siempre que se sigan las instrucciones de la etiqueta y los tiempos de permanencia adecuados.

“L ANTES D”

A medida que el público se vuelve más consciente de los riesgos y las medidas de protección necesarias para la prevención de enfermedades en un mundo afectado por una pandemia, la información es la mayor arma de los profesionales contra la contaminación no deseada.
Seguir el método de limpieza y desinfección “LAD” – “L” (Limpiar) Antes de “D” (desinfectar) – o “LAD“, para abreviar – ayudará a los profesionales a mantener instalaciones más saludables en una sociedad sensible a las pandemias.